miércoles, noviembre 17, 2004

Caballero con sangriento semblante.

Los últimos días del reinado de la sangre no conllevan tiempos de paz.
Soy el portavoz de los corazones partícipes de la selección de los más fuertes. La muerte es interpretada eróneamente por los débiles seres humanos. La muerte no es el fín de una existencia, no es el portal de una eternidad desconocida, no es correspondiente con el miedo que se le tiene.

La muerte es vida, la muerte da paso a los fuertes. La muerte es la selección evolutiva que nuestra madre naturaleza nos concede. Las espadas son gestadoras, la sangre es el coito del caos. Las alas negras vencen a las plumas blancas en el templo de la razón. Crear no es el simbolo de nuestra superioridad con respecto al resto de seres vivos. Los alimentos solo cubrirán las necedidades de los selectores de la muerte. Los debiles son el puente hacia la supremacia humana hacia todas las cosas, tangibles o abstractas.

No hablamos de odio, hablamos de amor a nuestra existemcia.

Pero la era de las espadas, las amputaciones, las violaciones, la sangre, la extorsión, la dictadura...Ha llegado a su fin.

Ha llegado a nosotros la era en que crear y destruir se funden para engendrar el mayor de los selectores de la muerte. Nuestra capacidad de manipulación de las esencias que permanecen en nuestras almas ha conseguido crear un jinete apocaliptico que en una mano siempre llevará la espada, pero que en la otra, diestra o zurda, sujeta la bandera de la paz. El caballero del engaño, la piedad negra, la inteligencia de la razón envenenada.

Este caballero siembra la muerte donde mas germina, en la oscuridad, tras la verdad que nuestros poco exigentes oidos son incapaces de escrutar. Este caballero será querido por todos, pero recibiremos todos su maldición.

Mi identidad siempre fue clara, allá donde había destrucción, se sabía que mi alma residía allí. Pero mi era ha acabado. Los avances de la civilización humana han dado nacimiento al más real de lo que los humanos llaman demonios.

Le veo, le reconozco. Reside ahora en las tierras de los desamparados. En los campos de los de las creencias no respetadas, el caballero del engaño intenta destruir a sus habitantes haciendo pensar al resto de los mortales que eso traerá paz. Pero lo peor es que este jinete de aire dantesco es omnipresente, pues tambien reside en la resistencia de los marginados...

No se adonde llevará esto, pero mis creencias estan muriendo, cada vez entiendo menos mi existencia. Percibo que mi era ha acabado.

Solo veo la solución en que mi alter ego, mi antitesis, cobre valor y agarre sus armas. Las desconozco, no veo su fuerza, pero una verdad me garantiza que juntos podremos eliminar la era de la nueva destruccion. Un dogma que jamas sera refutado.

Ese es que, a pesar de todo, el representante del arte de crear, de compartir los bienes, de preservar a todas las espcies, siempre poseera el don del perdon, los ojos mas grandes del universo.

Memorias del portador de la destrucción.

Espero que os guste este pequeño cuento.

Un abrazo!

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