jueves, enero 12, 2006



Deseo estar tullido.

Tengo ganas de conseguir todo el oro del mundo, fundirlo y cubrir con él todo el asfalto.

Coger a un par de niños y atarlos en la baranda de un puente y que griten algo que no sea el llamar a sus progenitores.

Deseo inhalar ese aire residual procedente de las chimeneas de alguna fábrica de algun póligono crea-suburbios.

Deseo cantar sin sentido.

Deseo comprar veinte gramos de cocaína y dárselos al chico más guapo del barrio más rico.

Deseo pintar el mejor cuadro de nuestra era y atravesarlo de un puñetazo.

Coger del cuello al hombre más desmotivador y recitarle el mundo que ha creado en modo de poesía.

Trabajar en el peor trabajo y ser el más listo pero el más maltratado.

Cobrar en insultos.

Recibir un buen golpe en el pómulo, el derecho a poder ser.

Ir al campo y labrar el campo más grande del país.

Gritar hasta que el eco me pida que pare.

Deseo caminar sobre los cadáveres de los desamparados.

Imagino un lugar donde los delfines poseen un mar entre nosotros.

Un lugar donde los deudores están de charla con sus amigos.

Sin relojes.

Donde los artistas salen y construyen un edificio para compartir.

Y los niños escriben libros, pautas de sus hermanos.

Donde los numeros no van acompañados por un simbolo diseñado por un contemporáneo.

Donde todos recogemos arroz y caminamos.

Donde el aire sea tangible.

Deseo una llúvia de benzeno.

Deseo combustiones azarosas.

Cantar una bella canción.

Improvisada, por supuesto.

1 comentario:

RaKeLuKy dijo...

Pues yo deseo plantarte una sonrisa en la cara que no se borre nunca.
Muaaak!