jueves, junio 29, 2006
miércoles, mayo 10, 2006

Si el destino no existe, las coincidencias y consecuencias son un fiel reflejo de nuestra naturaleza malvada. Menos mal que, por fin, creo en tí.
¿De verdad todo aquello ha muerto? Yo pensaba que de las guerras quedaban los libros escritos por los que vencen, el dolor y el recuerdo de un mundo que fue mejor. El que acaba tullido busca una prótesis de madera. El que acaba huérfano buscará a sus padres aun teniendo sus cadáveres delante, inundando sus manos con su inerte sangre. Despues de una guerra se tiende a encontrar un mundo mejor, pero sin renegar de aquella civilización que paradójicamente llegó a esa destrucción. ¿Porque? Porque entre morteros, muerte y odio, hubo un amor herido, una felicidad turbada y una sonrisa llorosa. Y no es justo hacer que esos pequeños detalles solo fueran el premabulo de vomitivas escenas dantescas.
Nadie me va a convencer de que todo pasó por nada, que ahora hay que dibujar un futuro sin pasado. Todo este sufrimiento vale la pena ser invertido en la paciencia de los Santos en los que no creo pero que sirven de místico ejemplo. La vida, encarnada en destino, intenta volverme ciego y teñir el futuro de olvido. No. Voy a ser más fuerte aunque haga que por donde camine deje un rastro de entrañas cancerosas y amorfas. Voy a esperar a que toda esa barbarie de la que no me exculpo me mire de frente y me de la segunda oportunidad que me brinde ese destino cruel pero justo.
La diferencia entre el autoengaño y la Fe es muy pequeña, pero prefiero estar en mi bando.
domingo, abril 30, 2006

"Amigos, vivimos algo bello. Si nuestros sentimientos fueran excelentes instrumentos contstruidos por el padre del hijo de Dios, ahora la música de los artistas convertirian nuestra sangre en agua. Miro en vuestros ojos y veo vuestras familias torturadas y mutiladas, veo ingentes cantidades de sangre creando macabras formas. Oigo el llanto de vuestros hijos. Respiro el humo de nuestras casas derribadas. Siento ese odio no por aquel enemigo que nos espera tras este valle que nos engaña con su natural belleza. Ese odio es hacia todos nosotros. Sí. No voy a arengar sobre nuestra potencia, maestría o valor. Os abofeteo con la verdad de que el Hombre ha llegado hasta este punto, este momento en que la maldita Vida impera sin dejarnos decidir, haciendo que caminemos firmes y serenos, fuertes y sin escrupulos a matar a miles de personas como nosotros. Como el joven que inspira estas palabras, somos los malnacidos que destruimos provocando los inplacables destrozos que causan la Guerra. Ese joven al que conocí maltrató y se convirtió en un demonio, odiosa faceta reconocida por él mismo, y ahora llora tanto como entrañas brotan de los inertes muertos que miran sin inmutarse el escenario que hemos causado. Ese chico se desprendió de su propia felicidad y ahora lucha contra él mismo, pero por su bien mismo. Ironías impuestas por su estupidez y su reconocida maldad. Ese niño fue testigo de suplicas de otra oportunidad, una petición realizada por la encarnación de su propia felicidad. Y él la rechazó. Y el murió. Y el vive en miseria. Ahora nosotros somos ese chico. Ahora nosotros somos los que nos destruimos a nosotros mismos. Nosotros hemos sido partícipes de que hayamos conseguido ver a nuestras niñas despellejadas, nuestros bebés aplastados contra la pared o nuestros padres podridos en sus propias heces. Pero sin embargo vamos a luchar. Vamos a luchar porque nos lo impone nuestra alma, esa dama divina omnipresente que crea y destruye. No os puedo dar una razón para ganar, mas que eso impida el vivir el eterno miedo a la muerte. No os puedo decir las palabras que os hagan creer ciegamente en la victoria, porque entonces habría sido yo el que hiciera latir el primer corazón de este mundo. Pero, como ese chico odiado por él mismo, ese bastardo que elude todo perdón y se pudre en su cerdad, lucharemos y sufriremos para hacer honor a esa naturaleza. Vamos a perder sangre porque así lo desea el marco indestructible de este gótico lienzo. Vamos a ver a nuestros compañeros morir y vomitar de miedo porque hemos de seguir este ciclo de inmundicia. Ese chico un día me dijo que elige ser el demonio, que decidia excretar jugos gástricos cada mañana, llorar en el lecho eternamente, sufrir sin piedad, para que su amada sea un angel, ya que esos seres místicos siempre son felices. Yo no soy un juez de los ancestros, pero elevo mi espada y lloro aplaudiendo ese sacrificio, pues no hay mayor poder que amar, y no hay mejor lucha a la propia desdicha, al mas duro de los dolores, que justificarlos y encajarlos como un sacrificio en pos de la felicidad de tu amada. Por tí lucharemos aunque no te conozcamos. Lucharemos por representar lo que tu has sufrido. Y ahora por Dios salgamos vivos maltratando y matando a esos hijos de la podredumbre, a esas hienas horribles. yo digo ¡Por nuestra sangre!, yo digo ¡Por nuestras familias!, yo digo ¡Por la implacable vida!"
"El dolor es el principal alimento del amor, y todo amor que no se alimente con un poco de dolor puro, muere" M. Maeterlink
miércoles, marzo 29, 2006

Siempre. Las palabras más megalómanas son las que creemos más irreales. Pero ni el asqueroso ser que reside en mí ha podido con eso que quiere decir hora a hora, todo en todo, hasta la eternidad. Siempre he sido como aquél infante, que pisa las flores del Parque sabiendo que eran buenas. No me sorprendes con nada nuevo, paredes de nuestra existencia. Al nacer, porque es el único momento en que no elejimos, sembraste en mí el auténtico demonio, aquél que nos engaña y nos ciega. Convertiste mis ilusiones en ácido sulfúrico que regó al rebaño de mi corazón. Te encarnaste en potencias de mi ignorancia, me seduciste en pernicios de mi debilidad. Y ahora me tienes así. Me tengo así. Pero no puedes vencer. No voy a ser otra víctima de tu orden natural. Desenfundo mi Mandoble y te miraré de frente. Puedes despedazarme el pecho haciendome recordar en lo que me convertiste. Has sido capaz, has cometido la atrozidad de ser más padre, más familía y más yo mismo. Tuviste el deshonor de poseerme y destruirlo todo. Cobarde. Soy un cobarde porque así me hiciste. Pero no has ganado. Mientras yo lloro desesperadamente cada noche, cuando siento que estoy muerto, porque por mucha carne que envuelva mi alma no dejo de ser el Anticristo de lo más bello de nuestra existencia, por mucho que mi ilusión sea ahora un ser eteréo e impropio del mundo real, aquello que me hizo vivir, que me hizo ser un ser libre, es feliz. Matame bastardo, que ya lo has hecho, metamorfosea todo mi entorno para que sea mas duro para mí, convierte el agua en azufre, el tiempo en punzadas, mi interior en una fosa común. Ella es feliz. Ella está bien. Me elegiste a mí y de ahí no saldrás jamas, entrañas de un desgraciado leproso. Viviré eternamente, pues el tiempo deja de ser tu imperio en cuanto se ama. Narra recordatorios de que vivo en el pasado. Ahora me importa mi presente, sí, aunque la sangre sea la corriente del río de mi naturaleza. Me has matado, jamás podré sentirme más desgraciado, pues conseguiste que fuera yo el agente del Apocalipsis. No creas que expreso tranquilidad, estoy desesperado, es insufrible tu maldición, mi maldición, mis actos impuros. No me queda pelaje en mi cabellera. Camino haciendo que mis pies se ampollen siendo ellos los que elijan. Los cardenales son los crueles adornos de mi cuerpo. No puedo más, no me dejas respirar, pero estará bien. Siempre, como siempre desearé ser más inmortal. Subir al altar de los increíbles y decir palabras eternas. Educar a los retoños de un tullido bastardo al igual que la vida que le envolvió sin conocer jamás la respuesta a porque me hiciste eso. Pero repito, no me sorprendes, siempre me has hecho lo mismo, pero eran meras batallas de la gran Guerra que al final me destruyó. Cantaré con rencor a mi mismo, lloraré sin merecerlo, pues debería ser desterrado de toda humanidad. No puedo más, estoy agotado, estoy sufriendo segundo tras segundo. No puedo más. Pero desde aquí deseo estar siempre así, no me importa, creeme sucia hechicera que me abriste en canal, Bafometo disfrazada de existencia impuesta pero venébola, escuchame puerca, deseo estar siempre así si a cambio ella es feliz. Si no me crees, vuelve a atacarme, diré esto otra vez, y con mis ojos inyectados en sangre miraré al cielo y sabré si ella está bien. Y podrás volver a empezar, porque nunca me sorprendes, siempre me atacas, me elegiste y yo me resigno si ella es feliz. Que así sea.
Mientras tanto, soñaré con esa vida que siempre podré tocar de lo real que és. Y por mucho que me ates y estires mis entrañas, por mucho que perfores mi torso, por mucho que me vistas en acido gástrico y sangre, siempre gritaré mi eternidad: Te quiero.
sábado, marzo 11, 2006

http://www.youtube.com/watch?v=DGbLZtpjJGI&search=all%20of%20this
miércoles, marzo 01, 2006

Doy un rodeo y solo encuentro escombros. El rey Midas se ríe desde su tumba señalandome con el dedo. Como todo ser humano, se ríe sabiendo que él tambien se pudrió en esa misma inmundicia. Recito en poesía mi último año de vida y al final de cada estrofa las rimas se tornan cacofonía. Busco esa eterna esperanza que hace que miremos esa misma palabra e intentamos darle vida. Pedí dias y mi propia maldición las convirtió en agonías. La cría de oveja que reside en los ahora yermos prados nunca me ha abandonado, y yo le he regalado sequía, muerte y oscuridad. La maldad inetntó matarla, hacerla desaparecer, y sucumbí cual feto tiene como dios al cordón umbilical. Me angustio preguntandome como pude maltratar algo que fluye en mi sangre, que flota en el aire que aporta la poca vida que me queda. Hago caso omiso al diezmo de los piadosos. Balbuceo estupideces a los ojos omnipresentes.
Este es el capítulo final. El Armaggedon de uno de los condenados que tu innata dictadura ha dispuesto a destruir. En nombre de los muertos de hambre. en honor de las cunas de enfermedades a los que no has dignado a salvar. En respuesta a la pena que me da ver tantos deseos de toda la gente rotos. Por una vez voy a reafirmarme en mi condición. No sucumbiré a la eternidad. No jugaré a ser Dios. Solo deseo la oportunidad de luchar conmigo mismo. De encerrarme en un zulo y vomitar hasta derretirme con mi ácido gastrico. Solo pido realizar lo que dicta lo único bueno que eres capaz de otorgar. Si esta última oportunidad nunca aparece, si de verdad es inutil preguntar el significado de esperanza, me rendiré. Mis dias serán recuerdos. Mis sueños, arrepentimientos. Mis ilusiones, relojes que giran al revés. No te pido nada, Dios, Vida, Destino, lo que tengas el valor de ser. Solo te reto a que seas sincer, a que tengas la valentía de matarme definitivamente. A que me tumbes, a que hagas que la sangre sea inocentes témperas, que el dolor sea una mera anécdota. Atrevete, atrevete a enfrentarte a la naturaleza, belleza y amor residente en ese tierno animal que es la joven res, ese mamifero, esa ovejita, que habita en la asquerosa y destruida cantera que ahora és mi corazón. Sí, deseo los recuerdos, pero ellos forman parte de lo que una vez fui, y deseo ser, junto a eso que me lo consiguió lograr.
Esta es tu última oportunidad, maldito sendero del infierno que eres, día a día, todo en todo. Llamate como quieras. Yo nuca lo haré. Tengo lo que necesito para vivir, y lo que llegue no me lo otorgarás tú. Bastante lloro y seguiré llorando. Más oscuridad que el daño hecho por uno mismo solo existe en los cuentos del que se arrepiente de haberlo hecho.
Te quiero.
jueves, febrero 16, 2006

Red Hot Chili Peppers - Dosed
I got dosed by you and
Closer than most to you and
What am I supposed to do
Take it away I never had it anyway
Take it away and everything will be okay
In you a star is born and
You cut a perfect form and
Someone forever warm
Lay on lay on lay on lay onLay on lay on lay on lay on
We're upon the Nile where she died
All I ever wanted was your light
Deep inside the cave where I can hide
All I ever wanted was your light
Show love with no remorse and
Climb on to your seahorse and
This ride is right on course
This is the way I wanted it to be with you
This is the way that I knew that it would be with you
Lay on lay on lay on lay onLay on lay on lay on lay on
We're upon the Nile where she died
All I ever wanted was your light
Deep inside the cave where I can hide
All I ever wanted was your light
I got dosed by you and
Closer than most to you and
What am I supposed to do
Take it away I never had it anyway
Take it away and everything will be okay
We're upon the Nile where she died
All I ever wanted was your light
Deep inside the cave where I can hide
All I ever wanted was your light
jueves, febrero 02, 2006
martes, enero 31, 2006
sábado, enero 28, 2006

Soñar con soñar. Nadar hacía el aire y mirar a los ojos a las criaturas más extrañas mientras el agua se burla de su vitalidad presionando y matando tus pulmones. Vivir con esta endemoniada paradoja como es el sentir que no sientes nada. Fundir el acero de los grilletes que un día una musa impuso con su guía. Desengañarse y ceñirse al papel de menos desgraciado que ése y más desaforunado que aquél. Dibujar con jugo gástrico las frases que mañana te harán reir. Imaginar que un día por fin conrearás el campo. Caminar sobre las baldosas brillantes estampadas por las manos muertas. Poder salir de tí mismo y entablar la conversación más importante de tu vida. Escuchar las notas de los poetas que fluyen de los Paraísos. Lanzar una piedra bien lejos para despues recogerla una vez transformada en diamante.
Visto friamente, o dejandonos engañar por las palabras, el dolor no es tan traidor.
Sea como sea, líberame de una vez.
He aquí las letras de tal aventura.
I miss you
Hello there, the angel from my nightmare
viernes, enero 27, 2006

Seria venganza es el día a día.
Escribo un cuento en el cual su lectura jamás sera identica a la siguiente. Estoy experimentando mil transformaciones que siempre llevan al mismo cuarto. Vea a quien vea, siento que tiro un lingote de oro por un precipicio. Siento que poseo un monumento construido por buenos arquitectos, pero que posa en una inerte cienaga. No poseo nada auténtico. Ayer hablé con una persona que hacía mucho que no veia. Solo hablaba ella. Hoy he visto a una persona amada. Solo hablaba ella.
Las palabras han pasado a ser deseos. Conozco mis ideales, pero siento que éstos me traicionan, me impiden expresarlos y defenerlos. Quizás no soy nada auténtico, quizá soy un morfoide que se transforma engañado por la éstetica impuesta por la batuta de los fuertes. Quizá consiga que nadie me admire, que sea un auténtico demonio, el que no reside en ningún corazón, el que camina cantando en la ciudad abandonada. Quizá exprese tanta porquería propia para propiciar el autoengaño. Quizá este a la eterna espera del detonante de mi autodeterminación. No miro al mismo nivel, no hablo en el mismo tono de nadie, no opino, no valoro, solo fluyo entre el aire que respira mis congéneres. Parece que dispongo de una tranquilidad extrema, parece que no valoro esos granos de arena que acarician el cristal que define tal reloj. Pero estoy desesperado. Clamo ayuda con las pocas señas de identidad que creo que me quedan, si es que aun existen, si es que no me han engañado hasta ahora.
No creo en Dios, creo en la coincidencia ultra poderosa que unió al conocimiento con la Nada que habitaba en los principios de los tiempos. No creo en ninguna autoridad moral ni en ninguna quimera que arrastra el trineo de los que buscan el calor en los Polos. Soy una lágrima que recorre el rostro de una vida que necesita explotar. He destruido unos tesoros en los cuales sigo confiando, pero que jamás sabré si he tratado como debía. He escrito mil tragedias con mi pluma afilada cubierta de plata. Pido perdón en nombre de aquello que por favor me resucite. Viviré para vengarme del bastardo que siembra en mi Tierra yerma. Buscaré el seguir regalando palabras humildes pero propias. Desearé tanto como no hice de niño. Seré un habitante más, pero por favor haz explotar los diques.
Seria venganza es la vida.
Matame pero házlo a alguien auténtico.
miércoles, enero 25, 2006

No sé cuando decidí eso, pero huí.
El miedo se encarnó en sudor y en un enorme caballero que me cogió de la mano. Salí de allí y todo se volvió oscuro, confiando en una orientación que era materializada en una dama bellísima que se antojaba diminuta. Solo tenía que hacer que creciera.
Primero fueron las estrellas. Personas inexpresivas que clavaban sus ojos en la eternidad. Corría y corría, pero no pude evitar empezar a gritar, cosa que ni les inmutaba. La luz era la cruel señal de que estaban muertos, ya que tal brillo se esprendía de su piel como si no pudieran ya vivir en su interior. Seguía corriendo y las estrellas daban paso a otras, y a otras, y a otras, así hasta lo que parecía la eternidad.
La bella dama seguía siendo diminuta. Se mantenía al final del trayecto pero mi muerte era cada vez más grande. El corazón era el doble de grande intentando bombear litros de sangre de una sola sacudida. Mientras seguía huyendo, aparecieron enormes cuerpos semejantes a los planetas que jamás pisaremos. Sin color, con un gris que ardía ante la idea de la vida que cabe en ellos. Cancerosos y enfermos, tampoco se inmutaban, iban a la deriva que las leyes de alguien a quien no conocemos tiene la valentía y la poca moral de dictar. Quizá aun conserven la luz en su interior. Quizá hace mucho que ya desapareció. Y yo, un asqueroso mortal , jamás lo sabré.
Seguía corriendo. Los planetas dieron paso a una secuencia azarosa de todo lo que y existe. No existia un orden que pensaba que se cumpliria. En absoluto. Animales, objetos, personas, todo flotaba en familia. Todo perdía significado. Todo otorgaba su sentido a la infinidad de ese camino.
La bella dama desapareció.
Pero seguí corriendo.
La dirección que seguía debía de ser la que continuara. Ese lugar quería engañarme. Nada más lejos de la realidad. Tenía que seguir por ahí.
Nada.
Ya no quedaba nada. Mis pies estaban llenos del musgo que surge de todo aquello que ya no entiende su vida. Negro. O quizá blanco. Ni idea, ese lugar quizá fuera el infierno que nuestros padres tanto nos han explicado. O quizás el infierno es el cuento de miedo más milenario.
Corría y corría. Huía y huía. Debía seguir.
Adelante, adelante, sin parar.
De repente, algo agarró mi hombro. Algun ser desaprensivo tuvo la poca gentileza de ralentizar mi gesta. Me giré para conocer a tal violador.
Sangre.
Amor.
Mi corazón estaba ciego.
Mi corazón bombeó más sangre que en toda su vida.
Solo puedo dar las gracias a ese que paró mi carrera.
Seguí corriendo, pero nunca sabré que dirección volví a tomar.
Huye.
O parate.
lunes, enero 23, 2006
viernes, enero 20, 2006
lunes, enero 16, 2006
jueves, enero 12, 2006

Deseo estar tullido.
Tengo ganas de conseguir todo el oro del mundo, fundirlo y cubrir con él todo el asfalto.
Coger a un par de niños y atarlos en la baranda de un puente y que griten algo que no sea el llamar a sus progenitores.
Deseo inhalar ese aire residual procedente de las chimeneas de alguna fábrica de algun póligono crea-suburbios.
Deseo cantar sin sentido.
Deseo comprar veinte gramos de cocaína y dárselos al chico más guapo del barrio más rico.
Deseo pintar el mejor cuadro de nuestra era y atravesarlo de un puñetazo.
Coger del cuello al hombre más desmotivador y recitarle el mundo que ha creado en modo de poesía.
Trabajar en el peor trabajo y ser el más listo pero el más maltratado.
Cobrar en insultos.
Recibir un buen golpe en el pómulo, el derecho a poder ser.
Ir al campo y labrar el campo más grande del país.
Gritar hasta que el eco me pida que pare.
Deseo caminar sobre los cadáveres de los desamparados.
Imagino un lugar donde los delfines poseen un mar entre nosotros.
Un lugar donde los deudores están de charla con sus amigos.
Sin relojes.
Donde los artistas salen y construyen un edificio para compartir.
Y los niños escriben libros, pautas de sus hermanos.
Donde los numeros no van acompañados por un simbolo diseñado por un contemporáneo.
Donde todos recogemos arroz y caminamos.
Donde el aire sea tangible.
Deseo una llúvia de benzeno.
Deseo combustiones azarosas.
Cantar una bella canción.
Improvisada, por supuesto.